27/04/12 La Nucia (Alicante)
Alcalde, Sr. Embajador, Magnifico
Rector de la Universidad de Alicante, Director General de Universidades de la
Generalitat Valenciana, Sr. Cónsul de Holanda, amigos y amigas participantes en
este foro, muy buenas tardes.
Es para mí un placer y un honor
participar en esta mesa redonda y poder compartir con ustedes algunas
reflexiones sobre diferentes asuntos que nos unen a Egipto y a España y que en
mi opinión representan una oportunidad de colaboración que debemos aprovechar.
Además esto se produce en una de las
zonas de España más multiculturales, porque es aquí también, paradójicamente,
uno de los lugares de nuestra geografía, donde más Palmeras y más Olivos
podremos encontrar, árboles estos, símbolos de la unión y la paz entre las culturas
de la humanidad.
Parece una ironía, pero continúa
vigente la necesidad de reinterpretar el Mediterráneo, al que suele acusarse de
constituir un espacio caótico porque no forma una unidad y por los conflictos
que padece.
Y, en efecto, no brinda una unidad si
consideramos este concepto como sinónimo de uniformidad, con lo que entonces
tampoco resultarían unitarias la unidad europea o el mundo árabe debido a toda
su riqueza de particularismos.
El Mediterráneo constituye forzosamente
una unidad impuesta por la geografía, potenciada como ninguna otra región
planetaria por la Historia, y de la que precisamente la pluralidad, la
efervescencia o la creación, constituyen su esencia.
Hablo del Mediterráneo, para que lo
entiendan, porque para nosotros, además de ser las aguas en las que nos
bañamos, es el Mare Nostrum, el mar de las culturas, es inspirador de las
grandes aventuras de la historia, es cuna del comercio y modelo de la ciencia y
la enseñanza y son además, las aguas que compartimos con Egipto.
Creo necesario dejar constancia de este
hecho que tanto se olvida y que consiste en la vigente y espléndida
contribución del Mediterráneo al mundo de hoy; a sus mayores ilusiones, a su
más estricto sentido de la justicia, a la igualdad.
Quienes pertenecemos a la Unión Europea
no podemos olvidar que es a nosotros a quien corresponde, tanto o más que a
cualquier otro conjunto de pueblos, el deber de trabajar sin tregua con
eficacia, con apertura de compás, para que el Mediterráneo, sus civilizaciones,
se acerquen lo más posible a esta plenitud de que ha gozado en la Historia y
que le es consustancial, porque además, somos los españoles los que tenemos
raíces de las distintas civilizaciones, Imperio Romano, Comercio Fenicio y
Cultura Árabe.
Es hoy en un mundo globalizado, en el siglo XXI, cuando más hay que
insistir en el conocimiento dentro de la pluralidad de las culturas.
Y es precisamente
nuestra principal industria, el turismo, el hilo conductor entre civilizaciones
y culturas, del que además podemos aprender unos de otros.
Somos un destino turístico,
no solo por lo mercantil, que es muy importante, sino por lo que aporta por
conocimiento de las culturas que tenemos cada país
Es evidente que para
que haya turismo tiene que haber unos destinos, para que hayan destinos, tiene que haber una geografía, unos componentes
ecológicos, todo ello es la importancia que tiene el turismo como función
conservadora del paisaje, mantenimiento del patrimonio arqueológico y cultural
de nuestros destinos.
La comarca de la
Marina Baixa y la provincia de Alicante son sin duda pioneras en el desarrollo
de la función turística en el ámbito de la globalidad del mundo.
El turismo es riqueza,
es consumo, es circulación de capital, es conocimiento de culturas, es la
globalización en el idioma universal.
El desarrollo
turístico de nuestra tierra, es el que quisieron los ciudadanos de aquí, que
quisieron compartir sus bienes climatológicos y que la naturaleza les brindo
con todo el mundo.
El turismo son
ciudades abiertas, el turismo es un ejercicio de libertad, donde cada cual escoge
y va allá donde quiere.
España y Egipto son países
similares, con cultura común por tener, como decía antes, el mismo mar en el
que nos mojamos, el Mediterráneo.
Señor Embajador, usted sabe que España
no es tierra extraña para un visitante árabe. Es por ello que este foro
contribuye a acercar aún más a nuestros dos países.
Países que han compartido durante
siglos una cultura que fructificó en una civilización esplendorosa y tolerante
e hizo posible la posterior eclosión del Renacimiento europeo.
La dimensión mediterránea de nuestros
países, que muy bien pueden simbolizar dos ciudades como Alejandría y Valencia,
debe confluir en la empresa común de lograr un clima de paz en el mar que nos
une y un talante de cooperación entre los pueblos de sus riberas.
El peso de la historia y las razones
del presente auguran que Egipto y España están llamados a estrecharse la mano y
a contribuir al asentamiento de la paz de uno al otro extremo del Mediterráneo.
Tengo el profundo convencimiento y la certeza de que encuentros como este
marcan un importante paso adelante en las relaciones entre nuestros pueblos y
el intercambio de experiencias.
A
pesar de los acontecimientos vividos en Egipto entre mediados de 2010 y
principios de 2011, el sector turístico ya ha comenzado a dar indicaciones de
recuperación, con las compañías aéreas y los operadores turísticos regresando
al país.
A
medida que la situación torna a la normalidad, los agentes turísticos reanudan
en consonancia. Los principales lugares de atracción turística están abiertos
al público, las líneas aéreas han restablecido sus vuelos, los operadores
turísticos de muchos de los grandes mercados emisores han vuelto a vender
paquetes de vacaciones y los gobiernos han actualizado sus recomendaciones a
los viajeros para reflejar el curso de la situación.
Debemos resaltar la importancia
estratégica del turismo para la recuperación económica y la estabilidad social
del país, especialmente en el actual periodo de transición.
Vivimos
tiempos en que es preciso actuar para salir del actual cuello de botella: y
cuanto más unidos trabajemos, mejor.
El
turismo se ha considerado hasta ahora, claramente en una prioridad nacional en
la que intervienen todas las áreas de política pública y puede, por lo tanto,
contribuir de forma notable a consolidar la transición.
La
Organización Mundial del Turismo, ha mostrado públicamente su satisfacción por
los esfuerzos de las autoridades nacionales de Egipto por restablecer la
confianza entre los turistas y de los gobiernos extranjeros por actualizar las
recomendaciones a los viajeros.
El turismo es un elemento central de su
economía y, si los turistas empiezan a volver, puede desempeñar un papel
significativo en la recuperación económica en general.
El
turismo ha sido durante mucho tiempo, y seguirá siéndolo, parte integral de la
economía egipcia. El sector turístico en su totalidad, representa en torno al
11% del Producto Interior Bruto del país y es además una importante fuente de
creación de empleo.
Como ven el turismo es una de las principales fuentes
de ingreso de divisas de Egipto, tanto por los turistas en sí mismos como por
las importantes inversiones realizadas por cadenas internacionales de hoteles,
también españolas.
Por la naturaleza de la actividad turística, genera un
número muy importante de puestos de trabajo, los cuales incluyen personal de:
Agencias de turismo, Hoteles, fabricación y comercialización de artesanías,
transportes, entre otras. Sin olvidar los importantes atractivos y riqueza de
lugares como
El Cairo y sus alrededores con las pirámides de Guiza, junto con la Gran Esfinge complementándolo con los tesoros del museo de El Cairo que exhibe el tesoro de Tutankamón.
Somos conscientes de que estamos
pasando por un momento muy delicado, pero también debemos aprovechar la
oportunidad que este nos brinda para reinventarnos y mejorar nuestra oferta y
nuestros destinos.
Nuestros Gobiernos son conscientes de
la importancia que supone el turismo para el conjunto del país y por ello, se
están llevando a cabo y poniendo en marcha políticas transversales que nos
hagan ser el motor que tire del carro del resto de sectores productivos a
medida que vayamos superando la situación de crisis.
Permítanme el atrevimiento y diga que
somos tanto los españoles como los egipcios gentes visionarias, que en su día
decidimos apostar por la actividad turística para conseguir prosperar como
pueblo.
Somos destinos muy similares, que han
sabido conjugar lo que la naturaleza nos brindó con lo realizado por la acción
del hombre.
La Nucia, la Marina Baixa, la Costa
Blanca y la Comunitat Valenciana en general
son un balcón de Europa que mira al Mediterráneo, es el sueño de
fantasía para millones de Europeos, es el punto de confluencia y encuentro en
cordialidad de ciudadanos de Europa.
Esta sería una razón y adecuada definición de lo que es nuestra provincia,
en la que se conjugan su pasado como asentamiento de civilizaciones, por su
situación geográfica. Junto a una historia más moderna con el inicio de una
tímida transformación allá por los años 30.
Pero todo esto no es en ningún caso un fin o
meta. La historia de nuestros países se basa en ir cubriendo etapas, en ir
ganando desafíos, dando respuesta a los ciudadanos que saben lo que quieren y
como lograrlo, teniendo en todo momento la vista puesta en el desenvolvimiento
basado en el conocimiento para innovarse.
El crecimiento de nuestros
destinos, el que hoy conocemos, es consecuencia de la fidelidad de todos
aquellos que han descubierto en nuestra tierra con nuestro Mediterráneo en
frente, la respuesta al anhelo de hallar un lugar con una calidad de vida
superior, que está basada primordialmente en la seguridad en cualquier aspecto,
y en el respeto y buena acogida por parte de sus ciudadanos, un lugar prefecto
para venir y quedarse.
Queridos
amigos y amigas, una vez mas permítanme mostrar mi agradecimiento a los
organizadores de este foro por la oportunidad que este representa y con el que
estoy seguro, se consolida la etapa de estrecha colaboración que se inició en
octubre, tanto institucional como empresarialmente de la que seguro obtendremos
grandes beneficios.
Muchas
gracias.
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